Formas externas o exocársticas: Dolinas, Uvalas, Poljes, Valles cársticos, Lapiaz
Los procesos de disolución y carbonatación sobre rocas solubles como calizas y yesos originan un modelado especial denominado cárstico, que produce formas muy diversas tanto en la superficie de las rocas como en el interior de las formaciones rocosas. Se distinguen pues:
Formas externas o exocársticas
Son las que se producen en el exterior de las formaciones rocosas, especialmente de calizas. Unas pueden ser erosivas o destructivas, mientras que otras pueden originar depósitos o construir nuevas formas.
a. Las formas destructivas son las siguientes:
Dolinas. Son depresiones de forma aproximadamente cónica y fondo plano, que conectan aguas superficiales y subterráneas. Actúan como sumideros que introducen el agua de escorrentía hacia el interior del macizo calizo. El fondo suele contener materiales insolubles, como arcillas de decalcificación. Se les llama también torcas o jous, según la región de España.
Uvalas. Son varias dolinas unidas entre sí, que generan depresiones amplias, cerradas y de fondo plano.
Poljes. Son grandes, depresiones de origen mixto cuyo fondo plano está relleno de materiales de deposición aluviales o coluviales. El nivel freático esta próximo a la superficie y por tanto tienen inundaciones estacionales de su fondo.
Valles cársticos. Son valles producidos por los ríos en zonas cársticas: cañones, hoces y valles secos o muertos, si ya no pasa por allí la corriente fluvial. Se denominan valles de fondo de saco si surge en ellos un río, o valles ciegos si por el contrario desaparece el río en ellos.
Lapiaz o lenar. Son formas desarrolladas en la superficie de las rocas cuando están descubiertas de vegetación.
La acción directa del agua de escorrentía produce acanaladuras, canalones, crestas agudas, surcos meandriformes, hendiduras, etc.
Simas y sumideros. Son conductos verticales que atraviesan el macizo rocoso y conectan las aguas superficiales con las subterráneas.
b. Las formas constructivas son los:
Edificios travertínicos y tobáceos. Son precipitaciones de carbonato càlcico causadas por procesos físico-químicos, como los travertinos, o debido a la actividad de organismos como las tobas.
Pueden tener gran desarrollo y en ocasiones forman represas dando origen a lagos.
Formas internas o endocársticas
Son las que se generan en el interior de la formación rocosa, siguiendo los planos de estratificación o fractura. Pueden ser de dos tipos: destructivas y constructivas.
