Cementacion - Tratamientos termicos de los metales
La cementación tiene por objeto endurecer la superficie de una pieza sin modificación del núcleo de la misma, y es un proceso termoquímico puesto que tal endurecimiento superficial se logra después de haber impregnado con carbono la superficie de la pieza y someterla a continuación a un tratamiento de temple.
La cementación encuentra aplicación en todas aquellas piezas que tengan que poseer gran resistencia al choque y tenacidad junto con una gran resistencia al desgaste como es el caso de piñones, levas, ejes, etc.
El temple y revenido por sí solos, ciertamente, le proporcionan dureza a la pieza, pero también fragilidad; por el contrario, si no se templa, el material no tendrá la dureza suficiente y se gastará prematuramente. De aquí se deduce la importancia de la cementación.
La técnica de la cementación consiste en recubrir las partes a cementar de una materia rica en carbono, llamada cementante y someterla durante varias horas a una temperatura superior a la crítica A3, en estas condiciones, el carbono irá penetrando en la superficie que recubre a razón de 0,1 a 0,2 mm por hora de tratamiento, finalmente se deja enfriar lentamente y se procede a darle un temple (generalmente dos temples) con lo cual habremos endurecido la capa superficial que previamente se impregnó en carbono.
La finalidad de los dos temples es la siguiente:
El primer temple realizado a temperatura superior a la crítica A3 logra afinar el grano del núcleo de la pieza.
El segundo temple realizado a temperatura superior a la A3 proporciona un grano fino y dureza a la capa superficial.
Como cementantes podemos citar los siguientes:
- Cementantes sólidos: carbón de madera mezclado con alguna sal metálica, como el carbonato de bario.
- Cementantes líquidos: como el carbonato de sodio, cloro de sodio y cianuro de sodio.
- Cementantes gaseosos: oxido de carbono y acetileno.