Historia de los Autómatas programables


Los autómatas programables son sistemas destinados a automatizar operaciones que se hallan en un proceso productivo industrial; en realidad son como ordenadores cuyo diseño hace posible su utilización en ambientes agresivos, es decir, en vez de ser utilizados para gestión, como en el caso de los ordenadores, se utilizan para el control de plantas industriales con ambientes hostiles (altas temperaturas, ambientes con polvo, humedad, etc.).

Su manejo y programación puede ser realizada por personal eléctrico o electrónico sin conocimientos amplios de informática. Realiza funciones lógicas: series, paralelos, temporizadores, contajes y otras más potentes como cálculos, regulaciones, etc.

También se le puede definir como una caja negra en la que existen unos terminales de entrada a los que se conectarán pulsadores, finales de carrera, fotocélulas, detectores,...; unos terminales de salida a los que se conectarán bobinas de contactores, electro válvulas, lámparas,..., de tal forma que la actuación de estos últimos está en función de las señales de entrada que estén activadas en cada momento, según el programa almacenado.

Esto quiere decir que los elementos tradicionales como relés auxiliares, relés de enclavamiento, temporizadores, contadores,..., son internos. La tarea del usuario se reduce a realizar el programa, que no es más que la relación entre las señales de entrada que se tienen que cumplir para activar la salida.

Antecedenies e historia de los autómatas programables

El desafio constante que toda industria tiene planteado para ser competitiva, ha sido el motor del desarrollo de nuevas tecnologías para conseguir una mayor productividad.

Debido a que ciertas etapas en los procesos de fabricación se realizan en ambientes nocivos para la salud, con gases tóxicos, ruidos, temperaturas extremadamente altas o bajas, etc., unido a consideraciones de productividad, llevó a pensar en la posibilidad de dejar ciertas labores tediosas, repetitivas y peligrosas a un ente al que no pudieran afectarle las condiciones ambientales diversas: había nacido la máquina y con ella la automatización.

Surgieron empresas dedicadas al desarrollo de los elementos que hicieran posible tal automatización; debido a que las máquinas eran diferentes y diferentes las maniobras a realizar, se hizo necesario crear unos elementos estándar que, mediante la combinación de los mismos el usuario pudiera realizar la secuencia de movimientos deseada para solucionar su problema de aplicación particular.

Relés, temporizadores, contadores,..., fueron y son los elementos con que se cuenta para realizar el control de cualquier máquina. Debido a la constante mejora de la calidad de estos elementos y a la demanda del mercado, que exigía mayor y mejor calidad en la producción, se fue incrementando el número de etapas en los procesos de fabricación controlados de forma automática.

Comenzaron a aparecer problemas, los armarios de maniobra o cajas donde se coloca el conjunto de relés, temporizadores etc., constitutivos de un control, se hacía cada vez más y más grande, la probabilidad de avería era enorme, su localización, larga y complicada, el stock que el usuario se veía obligado a soportar era numeroso, y el costo del mismo se incrementaba cada vez más.

El desarrollo tecnológico que trajeron los semiconductores primero y los circuitos integrados después intentaron resolver el problema sustituyendo las funciones realizadas mediante relés por funciones realizadas por puertas lógicas.

Con estos nuevos elementos se ganó en fíabilidad y se redujo et problema del espacio, pero no así la detección de averías ni el problema del mantenimiento de un stock. De todas maneras, se mantenía el problema de la falta de flexibilidad de los sistemas.

Debido a las constantes modificaciones que las industrias se veían obligadas a realizar en sus instalaciones para la mejora de la productividad, los armarios de maniobra tenían que ser cambiados, con la consiguiente pérdida de tiempo y el alimento del costo que aquello producía.

En 1968 Ford y General Motors impusieron a sus proveedores de automatismos unas especificaciones para la realización de un sistema de control electrónico para ,máquinas transfer. Este equipo debía ser fácilmente programable.

A medio camino entre estos microcomputadores y la lógica cableada aparecen los primeros modelos de Autómatas, también llamados consoladores lógicos programables (PLC's). Limitados originalmente a los tratamientos de lógica secuencial, los Autómatas se desarrollaron rápidamente y, actualmente extienden sus aplicaciones al conjunto de sistemas de control de procesos y de máquinas.

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