Aceites Minerales, Grasos, Sulfurados y Dorados
Aceites Minerales Puros
Están indicados para operaciones más lentas y severas en las que la lubricación conseguida con un aceite soluble no es suficiente. Se usan para trabajar metales no férreos, como aluminio, latón, cobre, magnesio, etc.
En la práctica es más efectivo mezclarlos con grasas o sebos, pero el resultado no es bueno, debido a que no son estables a la oxidación y sus propiedades de extrema presión son malas.
Para esta aplicación se emplean aceites tipo spindle, cuya viscosidad está comprendida entre 4,5 y 32,2 cSt a 37,8 OC (100 0F), equivalente a 1,35-4,3° E a la misma temperatura.
Aceites Grasos
Como hemos indicado, se emplean sebos mezclados generalmente con un aceite mineral ligero. Actualmente están reemplazados por aceites sulfurados más potentes, pero aún se usan para el cobre y sus aleaciones donde el lustre es importante cuando se realiza posteriormente un niquelado o estañado. Dado que se enrancian alguna vez, no se han utilizado solos sino en mezclas con aceites minerales con porcentajes del 10 al 50 % de sebo.
Su viscosidad se controla por la del aceite mineral y oscila entre 32-43 cSt a 37,8° C (100° F) equivalente a 4,3 - 5,7° E a la misma temperatura. El sebo utilizado tiene una viscosidad de 21,0 cSt a 37,8° C (100° F).
Aceites Sulfurados y Dorados
Se mezclan con aceites minerales para producir lubricación por formación de una película química de óxidos metálicos (en la superficie en fricción) que impide la soldadura cuando la película del aceite queda destruida por efecto de la presión, iniciándose la generación de calor en la superficie de contacto.
Si el acero es el material que se está mecanizando y el aceite contiene azufre, se forma sulfuro de hierro, mientras que los compuestos de cloro producen cloruro de hierro. En ambos casos la lubricación en la capa límite, sustituye a la lubricación hidrodinámica por película fluida.
Los aceites minerales pueden tener hasta un 4 % de azufre combinado. Los aceites refinados obtenidos a partir de Crudo Ligero de Arabia que son los que se emplean en España, tienen en su composición alrededor del 1 %, que se encuentra en forma estable y que no produce corrosión, ni dispone de propiedades EP, pero que actúa como inhibidor natural frente a la oxidación.
Si se quiere que el aceite tenga propiedades EP, se calienta el azufre con un aceite graso tal como el espermaceti o el sebo y el compuesto se añade al aceite mineral, sin embargo, actualmente la protección del cachalote ha obligado a sustituir el espermaceti por otros aditivos sintéticos.
Para operaciones que exijan poca precisión, como por ejemplo el roscado de tubos, puede añadirse directamente el azufre al aceite mineral por medio de calor, obteniéndose compuestos opacos con buenas propiedades.
La máxima cantidad de azufre que se puede adicionar a un aceite mineral sin la ayuda de grasas es del 3 %, mientras que con estas admiten hasta un 15 %> debido a su carácter insaturado.
El cloro es un elemento muy activo, pero tiene como contrapartida su agresividad a las mucosas y su carácter tóxico. Reacciona fácilmente con aceites minerales, anímales, vegetales, de pescado y también con el alquitrán de hulla. Se usa como el azufre para impartir propiedades EP (extrema presión). Para ello, se dora en primer lugar el aceite vegetal o animal y después se mezcla con un aceite mineral para controlar las características finales del producto. En el pasado, se utilizó tetracloruro de carbono como agente EP, con el inconveniente de que produce gas fosgeno (CI2CO) que es tóxico.
Para los aceites sulfurados y dorados se utilizan aceites minerales comprendidos entre 27,6- 32,2 cSt a 37,8° C o 100° F), equivalente a 3,75 - 4,4 °E con un contenido de azufre del 1 al 4 % y del Sal 18 % de sebo o espermaceti.
Están indicados para operaciones más lentas y severas en las que la lubricación conseguida con un aceite soluble no es suficiente. Se usan para trabajar metales no férreos, como aluminio, latón, cobre, magnesio, etc.
En la práctica es más efectivo mezclarlos con grasas o sebos, pero el resultado no es bueno, debido a que no son estables a la oxidación y sus propiedades de extrema presión son malas.
Para esta aplicación se emplean aceites tipo spindle, cuya viscosidad está comprendida entre 4,5 y 32,2 cSt a 37,8 OC (100 0F), equivalente a 1,35-4,3° E a la misma temperatura.
Aceites Grasos
Como hemos indicado, se emplean sebos mezclados generalmente con un aceite mineral ligero. Actualmente están reemplazados por aceites sulfurados más potentes, pero aún se usan para el cobre y sus aleaciones donde el lustre es importante cuando se realiza posteriormente un niquelado o estañado. Dado que se enrancian alguna vez, no se han utilizado solos sino en mezclas con aceites minerales con porcentajes del 10 al 50 % de sebo.
Su viscosidad se controla por la del aceite mineral y oscila entre 32-43 cSt a 37,8° C (100° F) equivalente a 4,3 - 5,7° E a la misma temperatura. El sebo utilizado tiene una viscosidad de 21,0 cSt a 37,8° C (100° F).
Aceites Sulfurados y Dorados
Se mezclan con aceites minerales para producir lubricación por formación de una película química de óxidos metálicos (en la superficie en fricción) que impide la soldadura cuando la película del aceite queda destruida por efecto de la presión, iniciándose la generación de calor en la superficie de contacto.
Si el acero es el material que se está mecanizando y el aceite contiene azufre, se forma sulfuro de hierro, mientras que los compuestos de cloro producen cloruro de hierro. En ambos casos la lubricación en la capa límite, sustituye a la lubricación hidrodinámica por película fluida.
Los aceites minerales pueden tener hasta un 4 % de azufre combinado. Los aceites refinados obtenidos a partir de Crudo Ligero de Arabia que son los que se emplean en España, tienen en su composición alrededor del 1 %, que se encuentra en forma estable y que no produce corrosión, ni dispone de propiedades EP, pero que actúa como inhibidor natural frente a la oxidación.
Si se quiere que el aceite tenga propiedades EP, se calienta el azufre con un aceite graso tal como el espermaceti o el sebo y el compuesto se añade al aceite mineral, sin embargo, actualmente la protección del cachalote ha obligado a sustituir el espermaceti por otros aditivos sintéticos.
Para operaciones que exijan poca precisión, como por ejemplo el roscado de tubos, puede añadirse directamente el azufre al aceite mineral por medio de calor, obteniéndose compuestos opacos con buenas propiedades.
La máxima cantidad de azufre que se puede adicionar a un aceite mineral sin la ayuda de grasas es del 3 %, mientras que con estas admiten hasta un 15 %> debido a su carácter insaturado.
El cloro es un elemento muy activo, pero tiene como contrapartida su agresividad a las mucosas y su carácter tóxico. Reacciona fácilmente con aceites minerales, anímales, vegetales, de pescado y también con el alquitrán de hulla. Se usa como el azufre para impartir propiedades EP (extrema presión). Para ello, se dora en primer lugar el aceite vegetal o animal y después se mezcla con un aceite mineral para controlar las características finales del producto. En el pasado, se utilizó tetracloruro de carbono como agente EP, con el inconveniente de que produce gas fosgeno (CI2CO) que es tóxico.
Para los aceites sulfurados y dorados se utilizan aceites minerales comprendidos entre 27,6- 32,2 cSt a 37,8° C o 100° F), equivalente a 3,75 - 4,4 °E con un contenido de azufre del 1 al 4 % y del Sal 18 % de sebo o espermaceti.




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