Cabezales de vapor
Cuando en una planta de proceso disponemos de vapor cuya utilidad no es rentable por haber llegado a tener una presión inferior a la mínima utilizable; la solución consiste en enviarlo a la atmósfera, tal es el caso del vapor de salida en turbinas de baja presión de vapor.
Análogamente, si se presenta el caso de excesiva producción de condensado en el extremo de un colector de vapor, podremos aumentar la velocidad del mismo, permitiendo su salida a la atmósfera.
A pesar de que la presión del vapor que liberamos puede ser inferior a la necesaria en el proceso, el vapor a la presión y temperatura de la línea por la que circula, puede producir, al contacto con el aire, una neblina de vapor, o lluvia, que podría suponer un evidente peligro, para el personal que transite por plataformas cercanas al lugar de salida, además de que el escape de vapor provoca un elevado nivel de ruido.
Para evitar estos inconvenientes se utilizan los cabezales de vapor, también llamados silenciosos para escape de vapor, que consisten en unos laberintos por los que circula el vapor en el extremo de la línea antes de su contacto con el exterior.
Al producirse el impacto del vapor con las paredes del laberinto va disminuyendo su presión y por consiguiente se produce una perdida de carga, que es contrarrestada con la formación de condensado, que se recoge y se conduce, mediante la conexión que tiene el para el drenaje del citado cabezal de vapor.
El vapor así despresurizado, puede ser expulsado a la atmósfera sin mas inconvenientes, y el condensado producido en el cabezal será conducido al colector de condensado, o al suelo.